Sabías que ...


  (origen e historia del Carnaval)    (agrupaciones)    (actos de carnaval)   (otros datos)


El término "Carnaval" tiene su origen en la expresión latina "carnem levare", cuyo significado es "abandonar la carne". Corre el año 590 d. C. cuando el papa Gregorio reconoce oficialmente al Carnaval en el calendario litúrgico, una fiesta pagana, con la condición de que el día siguiente, Miércoles de Ceniza, se utilice para la purificación de los pecados cometidos durante las fiestas.


El origen del carnaval se puede remontar a festividades paganas antiguas, como las Saturnales romanas o las Dionisíacas griegas, asociadas con la llegada de la primavera y la renovación de la vida. Estas celebraciones compartían elementos como la alegría desbordante, la inversión de normas sociales y rituales relacionados con la fertilidad y la purificación. El carnaval, ligado al equinoccio de primavera, simboliza el renacimiento de la naturaleza. Con la expansión del cristianismo, se incorporó al calendario como una fiesta previa a la Cuaresma. A lo largo del tiempo, el carnaval adquirió características únicas en diferentes regiones, destacándose en lugares como Italia, España y América Latina, con festivales emblemáticos como el Carnaval de Venecia o el de Río de Janeiro.


El vínculo entre la Cuaresma y el Carnaval tiene raíces históricas y sociológicas. Aunque la Cuaresma es una festividad religiosa y el Carnaval tiene orígenes paganos, ambos están conectados por el calendario lunar. El Carnaval, asociado a los excesos y la diversión, surgió de antiguas fiestas paganas como las Saturnales romanas. Con la expansión del cristianismo, estas celebraciones fueron adaptadas para facilitar la conversión de los pueblos. Durante el Concilio de Nicea en el año 325, se estableció el cálculo de la fecha de la Pascua, lo que determinó también las fechas de la Cuaresma y, en consecuencia, del Carnaval.

El Carnaval se celebra antes del Miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma, un período de 40 días de preparación espiritual. Este lapso conmemora el retiro de Jesús en el desierto y sugiere un llamado a la conversión interior, más allá de las privaciones corporales. Aunque inicialmente vinculados, la secularización ha separado ambos eventos: el Carnaval es ahora una festividad civil, mientras que la Cuaresma mantiene su enfoque espiritual entre los practicantes. Este proceso refleja la integración de tradiciones paganas en el cristianismo, marcando el contraste entre lo festivo y lo austero.


El dios del carnaval se llama Momo y era, en la mitología griega, la personificación del sarcasmo, las burlas y la ironía. Este dios suele representarse en forma de muñeco verde o rojo, regordete y bajito y se quema la última noche del carnaval. Momo tiene un lugar destacado en zonas como Uruguay, Barranquilla, Panamá y Niza. En los carnavales de Cádiz, la quema de Momo anuncia el fin de la fiesta.


El carnaval en España tiene sus raíces en festividades paganas antiguas, influenciadas por tradiciones italianas. Aunque fue prohibido en varias épocas, como bajo los Reyes Católicos y durante el franquismo, la celebración se restauró en el siglo XX. Hoy, es una fiesta popular que se celebra con desfiles, disfraces, concursos y música en diversas ciudades, destacando en lugares como Cádiz, Sitges, y especialmente en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. El carnaval culmina con el "entierro de la sardina", marcando el fin de la fiesta antes de la Cuaresma.


El carnaval en Canarias tiene sus orígenes en las primeras décadas tras la conquista, consolidándose en los siglos XVI y XVII entre las clases altas, especialmente debido a la influencia de comerciantes italianos. En sus primeras manifestaciones, el carnaval se celebraba con bailes y mascaradas al estilo veneciano. En el siglo XVIII, la Iglesia prohibió la festividad por considerarla inmoral. En el siglo XIX, el carnaval comenzó a expandirse a nivel popular, con desfiles y celebraciones en entornos familiares. Las sociedades culturales organizaban cabalgatas y carrozas. A principios del siglo XX, el carnaval se extendió a nuevos barrios, pero durante la dictadura franquista fue prohibido. Tras la dictadura, en los años 70, el carnaval se recuperó, aunque en Santa Cruz de Tenerife, Agüimes, Cardones y algunos municipios más, el carnaval no tuvo interrupción porque se celebraba bajo el nombre de "Fiestas de Invierno".


La primera referencia directa al Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria se encuentra en el siglo XVI, específicamente en 1574, con el baile de máscaras y disfraces celebrado en la casa del canónigo Pedro León, con motivo del matrimonio de Matías Cairasco. En Historia de Canarias de José de Viera y Clavijo, al relatar la entrada del capitán general Íñigo de Brizuela en las islas, en febrero de 1635, se menciona: "sirviósele aquella noche una gran cena, y tres banquetes los días de las carnestolendas…". Además, ya en el siglo XVI, diversos documentos hacen alusión a la presencia de italianos en la ciudad y su afición a los bailes de máscaras.

El Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria comenzó a renovarse en la Isleta en 1976, en un contexto de transición hacia la democracia en España. Ese año, Manolo García y Pepe Bolaños viajaron a Santa Cruz de Tenerife para traer murgas, comparsas y rondallas, entre ellas la Afilarmónica Ni Fu Ni Fa y la comparsa Los Rumberos, entre otros. Estos grupos llegaban en un barco de Transmediterránea con alrededor de mil personas, lo que contribuyó a dar al desfile una brillantez espectacular y sirvió de inspiración para la creación de nuevos grupos en la ciudad. La renovación del Carnaval coincidió con el despertar de libertades y la revitalización de tradiciones populares que habían sido limitadas durante la dictadura franquista. Así, el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria experimentó un renacer en su expresión cultural, recuperando el espíritu festivo y la participación ciudadana en un ambiente democrático.


En tiempo del franquismo, el carnaval fue prohibido desde la Guerra Civil hasta bien avanzado el régimen. En Cádiz, para eludir dicha prohibición, lo denominaron "Fiestas Folklóricas", mientras que en Canarias las llamaron "Fiestas de Invierno", lo que permitió que el carnaval continuara celebrándose, aunque con ciertas precauciones.


En Canarias, el Carnaval tradicional incluye una variedad de manifestaciones festivas que se celebran en diferentes islas:

  1. Tenerife: El "Mataculebras de Puerto de la Cruz" (ritual afro-cubano introducido en el siglo XIX que simula la acción de matar una culebra, con negritos y un mayoral)
  2. Gran Canaria: El "Carnaval de La Aldea de San Nicolás" (tradición donde los niños se visten de cabras y machos, acompañados por personajes como el diablo, que asustan a los transeúntes).

  3. Fuerteventura: La "Regata de Achipencos" (carrera de embarcaciones ecológicas y creativas en Puerto del Rosario) y la "Carrera de Arretrancos" (carrera de artefactos creados con materiales reciclados, destacando la originalidad en lugar de la velocidad).

  4. Lanzarote: Los "Buches de Arrecife" (parranda marinera que abre el Carnaval en Arrecife, con músicos y personas que golpean a los transeúntes con vejigas infladas de peces) y los "Diabletes de Teguise" (personajes disfrazados de diablo, que persiguen y asustan a los niños, con origen en la procesión del Corpus).

  5. La Palma: El "Carnaval de los Indianos" (conocido por las batallas de polvos de talco, donde personas de todas las edades se cubren de polvo) y las "Viejas a Caballotas" (personaje de un hombre disfrazado de mujer mayor que lleva un joven a cuestas, con música de polcas).

  6. La Gomera: El "Día del Talco" (celebrado en el Carnaval de San Sebastián, se lanzan polvos de talco y harina a los transeúntes, especialmente el Martes de Carnaval).

  7. El Hierro: Los "Carneros de Tigaday" (jóvenes disfrazados con pieles de oveja y cabezas de carneros disecadas, corriendo por las calles para asustar a la gente) y el "Loco" (personaje que arrastra cadenas y machete, generando miedo con el ruido).

Estas celebraciones, basadas en antiguas tradiciones y en algunos casos influencias externas, incluyen disfraces, máscaras, danzas y juegos populares que mantienen vivas las raíces del Carnaval en las islas.


El Carnaval de Agüimes, en Gran Canaria, comenzó de manera tímida debido a la influencia religiosa que prohibía estas celebraciones. Tras perder Agüimes su condición de Señorío en 1811 y feudo episcopal en 1837, surgieron las primeras sociedades de recreo, permitiendo el inicio del carnaval. Aunque durante la Guerra Civil estuvo suspendido, el carnaval continuó de forma clandestina hasta que en 1952 el alcalde desafió la prohibición y animó a los vecinos a disfrazarse. En 1966, se organizó la primera "Fiesta de Invierno", consolidando el carnaval. Desde entonces, el evento creció, incorporando actividades como la elección de la lagarta y la bastona, la noche del carnaval tradicional, concursos, desfiles, el carnaval de día, ... Hoy, el Carnaval de Agüimes es una celebración popular con actividades culturales y gastronómicas.


Las "mascaritas" se disfrazaban con ropas viejas de familiares y vecinos, como manteles, sábanas o sombreros, con el objetivo de ocultar su identidad. Las mujeres se vestían de hombres con camisas, pantalones, corbatas, chaquetas y sombreros, cubriéndose el rostro con talegas, velos o antifaces. Los hombres, por su parte, se disfrazaban de mujeres usando faldas, trajes, blusas, manteles y otros objetos, y podían taparse la cara o dejarla al descubierto. Ambos géneros imitaban las voces del sexo opuesto para evitar ser reconocidos, y algunos se vestían al revés para simular que caminaban hacia atrás.


"Palo" o "quintada" es una actividad de las mascaritas del carnaval tradicional, especialmente en Agüimes, que consistía en engañar y gastar bromas a otras personas, sin disfrazar, haciéndose pasar por alguien diferente del que no es. Era una práctica lúdica que formaba parte de la identidad cultural del carnaval local.


El Jueves Lardero es una tradición cristiana celebrada el jueves antes de la Cuaresma. Es un día dedicado a la comida, especialmente a los embutidos y otros alimentos que no se consumen durante la Cuaresma, como la longaniza, siguiendo el refrán "Jueves Lardero, longaniza en el puchero". Este día tiene su origen en la Edad Media, cuando se instauró la prohibición de comer carne durante la Cuaresma, por lo que el Jueves Lardero se convirtió en una jornada de exceso de carne y abundancia en la mesa. Es una última oportunidad para disfrutar de estos alimentos antes del inicio del ayuno, que comienza con el Miércoles de Ceniza. Antiguamente el carnaval empezaba el Jueves Lardero y acababa el martes siguiente (martes de carnaval).


Uno de los carnavales con mayor duración del mundo, es el Carnaval de Montevideo, en Uruguay, declarado de Interés Nacional, y que transcurre desde enero hasta principios de marzo. En Galicia, podemos presumir de uno que solo se queda atrás por unos días: el Entroido de Xinzo de Limia, que tiene lugar entre finales de enero y finales de febrero.


El "Carnaval de Oruro" en Bolivia es uno de los carnavales más antiguos del mundo. Se lleva a cabo desde hace más de 200 años. Los participantes llevan disfraces extravagantes y bailan la "danza de los diablos".


Una forma de salvaguardar al carnaval es mediante una serie de distinciones que garantizan su preservación como tradición, implicando responsabilidades compartidas entre gobernantes, agrupaciones y la sociedad en general. Estas declaraciones fortalecen la identidad cultural, atraen turismo, benefician la economía local y aseguran su transmisión a futuras generaciones. Ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad protege la tradición como un tesoro global, da reconocimiento mundial y fomenta el orgullo comunitario. Por otro lado, ser reconocido como Fiesta de Interés Turístico destaca su atractivo cultural y festivo, promoviendo el turismo y generando beneficios económicos. Ejemplos destacados incluyen el Carnaval de Cádiz, que busca ser Patrimonio Cultural Inmaterial, y los carnavales de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, declarados de Interés Turístico Internacional.


El Carnaval de Cádiz tiene su origen en el carnaval italiano, introducido en la ciudad por comerciantes genoveses en el siglo XV. Estos comerciantes, desplazados por el dominio otomano en el Mediterráneo, encontraron en Cádiz un lugar estratégico para sus negocios debido a su ubicación y conexiones con África, Europa y América. Junto con sus actividades comerciales, llevaron sus tradiciones festivas, como disfraces, máscaras y bailes de carnaval, que fueron adoptadas por el pueblo gaditano.

En 1861, el Ayuntamiento de Cádiz reconoció oficialmente el carnaval como una festividad local, asignando presupuesto para su organización. Durante la dictadura franquista, sin embargo, el carnaval fue prohibido por su carácter popular y satírico, pero la festividad se mantuvo de forma encubierta bajo el nombre de "Fiestas Folklóricas". Tras la transición, el carnaval recuperó su esencia original. Además, el Carnaval de Cádiz influyó en el de Isla Cristina, en Huelva, gracias a los vínculos comerciales en la industria pesquera, lo que permitió el intercambio cultural entre ambas localidades.


El Carnaval en Galicia, o Entroido, es una festividad con profunda tradición donde el humor y la inversión de roles son protagonistas. Cada localidad tiene personajes emblemáticos: los Peliqueiros de Laza y Cigarróns de Verín, con máscaras elaboradas y fustas; las Pantallas de Xinzo, que asustan con vejigas de vaca; los Xenerais do Ulla, con batallas dialécticas; y los Boteiros de Viana do Bolo y Volantes de Chantada, con vistosos trajes y bailes. En Vigo destacan los Merdeiros, en Cobres las Madamas y Galáns, y en Salcedo el Oso, que embadurna a los asistentes. Pontevedra celebra el entierro del Loro Ravachol, mientras que en Maceda, A Coruña, Manzaneda y Bande surgen figuras como los Felos, Choqueiros, Mázcaras y Troteiros, con vestimentas peculiares. También destacan la Pita de Eiroás, con su boda satírica, y los Vergalleiros de Sarreaus, similares a los peliqueiros. Cada rincón de Galicia celebra el Entroido o carnaval con personajes únicos que reflejan su identidad cultural y su pasión por la fiesta.


Las mascaradas en Castilla y León son rituales ancestrales que fusionan elementos paganos y religiosos, simbolizando la purificación y fertilidad de la comunidad. A diferencia del carnaval, estas máscaras no ocultan, sino que representan fuerzas sobrenaturales o ancestrales. Surgieron de ritos prerromanos y evolucionaron bajo la influencia del cristianismo, resistiendo prohibiciones eclesiásticas. Se celebran en invierno, coincidiendo con el solsticio, y están protagonizadas por mozos solteros que recorren las calles con máscaras demoníacas o zoomorfas, cencerros y objetos rituales. Existen diferentes tipos: demoníacas, zoomorfas, mixtas y aquellas adaptadas al culto cristiano, como las Botargas. Estas festividades, aún vivas en el siglo XXI, reflejan la identidad y memoria colectiva de las comunidades rurales.


La Mussona es uno de los personajes más emblemáticos del Carnaval de Águilas (Murcia), declarado de Interés Turístico Internacional. Representa la dualidad entre el hombre civilizado y su lado más salvaje, un concepto que ha perdurado a lo largo del tiempo. Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando un oso de un circo ambulante atemorizó a los habitantes de Águilas, dando lugar a una tradición en la que los participantes se vestían con estopa y tizne negro para recorrer las calles asustando y bromeando con la gente.

El descenso de la Mussona desde el castillo hasta la Plaza de España es un espectáculo de energía desbordante, en el que el personaje interactúa con el público, subiendo a rejas, contenedores y balcones, mientras la multitud grita "Mussona na, mussona na, no vales na" para enfurecerla. Finalmente, la bestia cae rendida ante su domador y los carnavaleros, dando paso a la invocación de la Mussona.

Año tras año, quienes han representado a la Mussona luchan por mantener viva la esencia de este personaje, transmitiendo su historia y significado a las nuevas generaciones, asegurando que esta tradición ancestral siga siendo un pilar fundamental del Carnaval de Águilas.


Carnaval: entre agua y fuego

El Carnaval es una festividad de alegría y renovación que, aunque en distintas partes del mundo incorpora el agua o el fuego, mantiene su esencia festiva sin depender de estos elementos. En regiones donde la celebración coincide con el verano, como en Bolivia, Perú o Colombia, el agua, símbolo de purificación, buena fortuna, frescura y diversión, se utiliza en juegos con globos y baldes. En otras zonas, como España y algunos países de Latinoamérica, el fuego representa la transformación, el cambio y el renacimiento. Un ejemplo es el Entierro de la Sardina, que marca el fin del Carnaval con una quema simbólica, representando el cierre de un ciclo y el inicio de la Cuaresma. Pero en la mayoría de los carnavales del mundo, el fuego está y estará presente en sus impresionantes espectáculos pirotécnicos. Sin embargo, más allá del protagonismo del agua o el fuego, el Carnaval sigue siendo una de las celebraciones más vibrantes del mundo, donde la música, el baile y la unión comunitaria son el verdadero motor de la fiesta.


¿Cuál es el origen y evolución del "Carnaval de Día"?

Aunque su concepto estructurado nació en 2008 en Santa Cruz de Tenerife, su espíritu festivo se remonta a finales de los años 70, cuando las murgas y comparsas de Santa Cruz llenaban las calles desde la mañana con su música y alegría hasta bien entrada la tarde, mostrando su arte y/o vendiendo libretos. Durante años, este carnaval matutino, conocido por algunos como "la matiné", fue una tradición muy participativa.

Sin embargo, en 1988, María Isabel Oñate, en su primera etapa como concejala de Fiestas, decidió potenciar el carnaval nocturno, trayendo cantantes y grupos internacionales hasta altas horas de la madrugada y relegando ese otro carnaval diurno, menos espectacular pero más cercano a la gente.

Fue en su tercera legislatura (2008-2009) cuando corrigió ese giro y decidió recuperar la esencia de la celebración diurna, instaurando oficialmente el "Carnaval de Día" con dos fechas clave en el calendario festivo: el último domingo de carnaval y el sábado de piñata.

Este éxito inspiró a otras ciudades, y en 2013, Las Palmas de Gran Canaria lanzó su versión, llamada "El Carnaval al Sol" en la Playa de Las Canteras. Finalmente, en 2016, la capital grancanaria consolidó su propio "Carnaval de Día", una celebración que desde entonces ha ido extendiéndose a numerosos municipios de la isla.


El papel de las alegorías en el carnaval Canario

Las alegorías son un elemento clave del carnaval en Canarias, aportando identidad y creatividad. Surgieron en las sociedades recreativas de finales de los años 60 con los denominados bailes temáticos y se incorporaron oficialmente en 1987 a los carnavales de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. Cada año, una nueva temática guía la decoración y los disfraces.

Un caso especial es el de Santa Lucía de Tirajana, donde desde 1989 la alegoría se presenta como un espectáculo integral que, a modo de obertura, da el pistoletazo de salida a su carnaval.

A pesar de la interrupción en 2021 por la pandemia de COVID-19, cuando el carnaval se realizó de forma virtual, las alegorías siguen siendo esenciales para la evolución y el espíritu del carnaval.


Las chirigotas de Cádiz empezaron denominándose murgas en sus inicios (1880 a 1890). Este fue el motivo de que en Canarias se denominaran murgas a este tipo de agrupación muchos años después. Por tanto, Las murgas canarias tienen su origen en las chirigotas de Cádiz. En 1892 se edita el primer libreto o cancionero de murgas de gaditanas.


La murga uruguaya también proviene de las murgas gaditanas y nace en 1908 (murga uruguaya "Gaditana que se va"), este grupo formaba parte del repertorio que ofrecía una Compañía de Zarzuelas. La murga uruguaya siempre ha tenido un componente más teatral.


En 1917, durante el Carnaval de Santa Cruz, la tripulación del cañonero "Laya", destacado en Canarias para patrullar durante la Primera Guerra Mundial, obtuvo permiso de sus oficiales para bajar a tierra y participar en el carnaval de Santa Cruz formando una murga, fieles a la tradición gaditana de la mayoría de sus marineros. Esa fue la primera vez que en Canarias se vio una murga y ese fue el principio de las nuestras.


Al año siguiente (1918), volvieron a salir los marineros del Laya bajo el nombre de "Los Delicados" pero con ella salieron otras murgas de Santa Cuz, destacando: la murga de El Flaco y la murga de El Chucho, que serán las precursoras de un tipo de agrupación carnavalera (la murga canaria).


La Afilarmónica NiFú-NiFá se originó en 1951 cuando un grupo de amigos creó una murga con instrumentos caseros. En 1954, adoptaron el nombre "Afilarmónica los Bigotudos", pero la prohibición del carnaval por el gobernador Arias Navarro impidió su participación oficial. A pesar de esto, realizaron algunas presentaciones en Santa Cruz de Tenerife.

En 1961, la murga volvió a las calles y cambió su nombre a Afilarmónica NiFú-NiFá tras una anécdota con un empresario. Ese mismo año, ganaron el primer concurso de murgas de Santa Cruz de Tenerife. Entre 1962 y 1965, continuaron ganando el concurso y en 1963 se constituyeron como asociación.

En 1966, decidieron participar en el concurso sin competir por premios y lanzaron su tradicional canción "El Cubanito", adaptándola cada año a la actualidad. En 1976, con el fin del franquismo, el carnaval recuperó su nombre original y, desde entonces, la NiFú-NiFá se ha mantenido como una murga emblemática del carnaval de Tenerife y de toda Canarias.


En Gran Canaria, la primera murga fue "Los Sin Ton Ni Son" en el año 1969 en el municipio de Agaete (51 años después de Santa Cruz). Esta murga dejó de salir unos años después. Este hecho contagió a otros grupos de amigos que, en años sucesivos, fueron creando nuevas agrupaciones como "Los Rebeldes" en 1971, "Los Esperríos" en 1972, "Los Palmatorias" en 1973, entre otras, lo que generó un verdadero caldo de cultivo para nuevas agrupaciones.

Poco a poco, estas nuevas murgas fueron consolidando la tradición murguera en la isla. A lo largo de las décadas de los 70 y 80, surgieron más agrupaciones en distintos municipios, fortaleciendo el Carnaval grancanario y otorgándole una identidad propia. El crecimiento de estas agrupaciones propició la celebración de concursos y eventos específicos para las murgas, aumentando su popularidad y convirtiéndolas en un elemento esencial del carnaval.

Con el tiempo, el ingenio, la sátira y el humor característicos de las murgas grancanarias se fueron refinando, atrayendo cada vez a más participantes y público. Hoy en día, las murgas son una parte imprescindible del Carnaval de Gran Canaria, con numerosas agrupaciones que cada año aportan su creatividad y crítica social a la fiesta, manteniendo viva una tradición que comenzó con aquellos primeros pioneros en Agaete.


Que el concurso de murgas de Santa Cruz se inició en 1961, el de Las Palmas en 1977, el de Telde en 1981, el de Agüimes en 1983, ...


La comparsa Los Caribe, fundada en 1975 en La Isleta, fue clave para el regreso del Carnaval de Las Palmas. A pesar de limitaciones económicas, sus miembros confeccionaron trajes con ayuda de familiares y voluntarios. El 16 de febrero de 1976, protagonizaron un histórico pasacalle por el Puerto y Las Canteras, desafiando la prohibición del carnaval. Su desfile causó un colapso de tráfico y despertó gran entusiasmo, marcando el inicio del renacer de las fiestas.


El término "Afilarmónica" tiene su origen en una ingeniosa estrategia ideada para sortear las restricciones impuestas por el régimen franquista. En Tenerife, hacia 1954, se comenzó a utilizar ciertas palabras para eludir la prohibición de términos como "carnaval" o "murga", entre otros. En su lugar, se adoptaron expresiones alternativas como "Fiestas de Invierno" para referirse al carnaval y "afilarmónica", "sinfónica", "charanga" o "banda" para designar a las murgas.

En Gran Canaria, este término llegó como una inspiración directa de la legendaria murga tinerfeña La "Ni Fu Ni Fa", considerada un referente en el Archipiélago. Sin embargo, en Las Palmas de Gran Canaria, el significado de "Afilarmónica" adquirió un matiz propio. Manolo García, figura clave del Carnaval de Las Palmas, tuvo la idea de emplear el término "Afilarmónica" como un título honorífico con el fin de evitar que las dos agrupaciones más destacadas de la época, Los Nietos de Kika y Los Guanches Picapiedras, monopolizaran sistemáticamente los dos primeros premios de interpretación en los concursos de murgas de Las Palmas. Años después, ese mismo título fue otorgado a Los "Hijos de Caín". Sin embargo, al igual que Los Guanches Picapiedras, dejaron de participar en el carnaval años más tarde, aunque siguen siendo parte fundamental de la historia de nuestro carnaval.

Esta iniciativa abrió nuevas oportunidades para que otras agrupaciones aspiraran a mayores reconocimientos. Se estableció que cualquier murga que obtuviera tres primeros premios consecutivos o cinco alternos recibiría el título de "Afilarmónica Oficial de la Ciudad de Las Palmas". Este título conllevaba privilegios especiales, como la posibilidad de participar en todos los actos oficiales y recibir una subvención económica equivalente al primer premio de interpretación, entre otros beneficios.

Esta decisión no solo democratizó las competiciones, sino que también consolidó el título de "Afilarmónica" como un símbolo de excelencia y tradición en el Carnaval de Las Palmas. En el carnaval de 2024, existen en el carnaval de Las Palmas cuatro Afilarmónicas: Nietos de Kika, Serenquenquenes, Chancletas y Melindrosos. Los Nietos de Sarimánchez están a un título. Es necesario explicar que solo Los Nietos de Kika siguen manteniendo el título, por decisión propia, y no concursan; el resto han preferido seguir concursando. Es un ejemplo perfecto de cómo la creatividad y la tradición carnavalera pueden trascender cualquier obstáculo, fortaleciendo el legado cultural de una comunidad.


La primera gala de la Reina del Carnaval de Las Palmas tuvo lugar en marzo de 1976 en el Castillo de La Luz, donde Rosa Delia González fue coronada. Aunque improvisada y olvidada durante años, marcó el inicio de un evento que creció en relevancia, evolucionando con diseñadores y patrocinadores hasta convertirse en un espectáculo de fantasía esencial del carnaval.


El "Baile de Piñata" marcaba el inicio del Carnaval Chico o Carnaval de Piñata, celebrado el primer domingo de Cuaresma. Las mascaritas se dirigían al lugar del baile, donde se reunían para disfrutar de la música de parrandas de cuerda, acordeones y, en algunas ocasiones, violines. La piñata, similar a una gran naranja cubierta de telas de colores y cintas, contenía objetos como frutos secos, caramelos, gofio, huevos y otros objetos, que caían cuando el mecanismo se activaba al tirar de una de las cintas colgantes, elegida por alguna pareja.


El "entierro de la sardina" es una ceremonia española que se celebra el Miércoles de Ceniza, marcando el fin del Carnaval y el inicio de la Cuaresma. Consiste en un desfile carnavalesco que parodia un cortejo fúnebre, finalizando con la quema de una figura en forma de sardina. Se popularizó en el siglo XVIII, con dos leyendas sobre su origen: una relacionada con un cargamento de sardinas en mal estado durante el reinado de Carlos III, y otra sobre el ministro Jerónimo Grimaldi, apodado "el sardina", cuya despedida fue celebrada con una quema de sardinas.


Los baile de taifas eran reuniones musicales tradicionales, celebradas en casas particulares, donde parejas bailaban al ritmo de canciones populares como isas, folías y seguidillas. Estas fiestas, más que un baile específico, eran encuentros sociales que ocurrían en ocasiones especiales como nacimientos, festividades religiosas o Carnaval. Durante el evento, los hombres buscaban pareja y debían "camelar" a las mujeres y a sus madres, ofreciéndoles regalos o velas. Los bailes eran dirigidos por un "mandador" que controlaba el orden y la entrada de los participantes. A menudo, estos eventos terminaban en altercados debido al alcohol o disputas por las mujeres. Con el tiempo, el repertorio musical se amplió a polcas, mazurcas y pasodobles, y los bailes de taifas dieron paso a otros tipos de fiestas como los bailes de cuerda y las verbenas.


La Batalla de Flores es un acto que suele organizarse en el carnaval de algunos países. Su nombre proviene del Carnaval de Barranquilla. Este carnaval se había suspendido desde el año 1900 a raíz de la Guerra de los Mil Días. La terminación de este conflicto, que duró tres años, inspiró al general Heriberto Vengoechea a organizar un evento antibélico que desde 1903 fue bautizado como La Batalla de Flores. La conmemoración buscaba, además de despertar un interés entre la población por los coches decorados con flores naturales, que fuese interpretado como un mensaje de paz que enviaba la ciudad al afirmar que no participaría en ningún conflicto, solo en estos duelos donde dos bandos se organizaban para lanzarse ramos entre ellos.


El Patronato del Carnaval, (1977 - 1984). Se funda por iniciativa de la asociación de vecinos de La Isleta y liderado por Manuel García Sánchez, garantizó el futuro del carnaval tras su renacimiento en 1976. Entre 1976 y 1978, el evento pasó apenas unos miles a más de 200,000 participantes, simbolizando la libertad tras la dictadura. Artistas como César Manrique y Pepe Dámaso aportaron al desarrollo artístico de una fiesta que se convirtió en un espectáculo de luz y color. El problema que tenían era la falta de recursos económicos.


La Comisión Mixta del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria (1984-1987) surgió como resultado de un acuerdo entre el Patronato del Carnaval y el Ayuntamiento, debido a las dificultades económicas y de infraestructura que atravesaba la fiesta. El Ayuntamiento asumió las infraestructuras y proporcionó los recursos económicos necesarios, mientras que el Patronato se encargó de la organización. La presidencia de la Comisión fue asumida por D. Juan Rodríguez Doreste, representando al Ayuntamiento, y la vicepresidencia por D. Manuel García, en representación del Patronato. Aunque la relación entre ambos generó algunos roces, este acuerdo fue fundamental para garantizar el futuro del carnaval. A pesar de las críticas, la creación de la Comisión Mixta consolidó el carnaval como una de las celebraciones más importantes de la ciudad. El problema de este nuevo ente era que, a veces, no se sabía quien mandaba, si el Ayuntamiento o el Patronato.


La Fundación del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria (1988 - 1990). en la que estaban representados el Ayuntamiento, los grupos políticos, las asociaciones de vecinos, los grupos de carnaval y otros colectivos sociales. En esos años, se organizó una fiesta veneciana en Vegueta, que aún se recuerda con cariño. Además, comenzó a popularizarse el nuevo himno oficial de los festejos, "Invitación al Carnaval", compuesto por Sindo Saavedra. El problema era la dependencia del pleno municipal.


La Sociedad Anónima Fiestas de Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria (1990 - 2000). El objetivo era dar un nuevo enfoque a las celebraciones. La sociedad estaba compuesta por un consejo de administración representativo, con total dependencia del pleno municipal, que se reservaba la presidencia vitalicia, tal como deseaba el Ayuntamiento. También contaba con la participación de grupos carnavaleros, firmas comerciales, sociedades privadas, el Patronato de Turismo y el Patronato del Carnaval. En el año 2000, la Sociedad Fiestas del Carnaval se disolvió tras una década de gestión del evento.


La Sociedad de "Promoción de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria S.A.", (2001 - actualidad). tiene como objetivo la promoción de la ciudad mediante la organización de actividades culturales, como el Carnaval, festivales de cine y teatro. Gestiona la comercialización de estos eventos, la captación de recursos económicos y la administración de bienes muebles e inmuebles relacionados. Además, facilita la información turística a través de diversas oficinas y plataformas. Esta organización sigue siendo clave en la promoción de la ciudad y la consolidación de su imagen a nivel nacional e internacional.